- Si tu empresa ha tenido problemas con el cumplimiento de las leyes laborales.
- Si hay un alto nivel de rotación de personal o un nivel elevado de reclamaciones de los empleados relacionadas con la nómina.
- Si has experimentado un aumento en el tamaño de la plantilla o en la complejidad de la gestión de la nómina.
- Si tu empresa ha sufrido cambios significativos en su estructura organizativa o en su modelo de negocio.
- Si hay indicios de errores o irregularidades en la gestión de la nómina.